El Sistema Financiero Mexicano puede definirse como
el conjunto de organismos e instituciones que captan, administran y
canalizan a la inversión, el ahorro dentro del marco legal que
corresponde en territorio nacional.
Algunos autores detallan aún mas sus actividades y lo
definen como aquel que “…agrupa diversas instituciones u organismos
interrelacionados que se caracterizan por realizar una o varias de las
actividades tendientes a la captación, administración, regulación,
orientación y canalización de los recursos económicos de origen nacional
como internacional” (Ortega, 2002:65).
Podemos dividir el Sistema Financiero Mexicano de
acuerdo con las actividades que realizan cinco grandes sectores,
actualmente todos regulados directa e indirectamente por la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público a través de las comisiones
correspondientes (Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Comisión
Nacional de Seguros y Fianzas, Comisión Nacional del Sistema de Ahorro
para el Retiro) y el Banco Central (Banco de México):
Aquel que tiene mayor participación en el mercado y la sociedad. La
banca transforma los depósitos de la gente (el dinero que recibe) en
fuente de financiamiento para proyectos productivos sin que el público
sepa qué se hizo directamente con sus recursos. Dentro del Sector se
incluye tanto la conocida como Banca Comercial (Banamex, BBVA Bancomer,
Banorte, ScotiaBank, etc.) como la Banca de Desarrollo (Bancomext,
Nafinsa, etc.).
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